Te sueño, en potestad de mi vida. Amarrándome
con tus correas, en calidad de domadora, mirando altiva la sombra de lo que te
muestre.
Te sueño, regalándome versos. Endulzando mi oído
de melosas poesías al tono de tu dulce susurro.
Te sueño con hambre de frutos maduros, que a
la mano, extendida con ahínco, nunca se dejan atrapar.
Y así como te sueño es como te escapo.