miércoles, 10 de junio de 2015

Viernes de dolores.

 Nazarena siente en la piel el tajante beso que no se anima a despreciar. Las manos le tiemblan porque ya van dos horas y media que no admite descanso, no se lo permiten. Siente en el culo el doliente afán del fetichismo. Se aboca a gritar con toda la fuerza que le queda, ya no la desperdicia en intentos de escape. Atada y obligada a tener la frente en alto, la mordaza la ahoga.
 Le duele el cuerpo y no le pesa el alma.

miércoles, 3 de junio de 2015

Te parece justo.

 Igualmente, asi como pueda resentirte con mis males, es que te deseo exenta de otras angustias. Te procuro caricias y besos. Te lamo las heridas.
 Porque no quiero que nadie más te toque de esta forma, que nadie te cause daño, desmedido, desmerecido. Porque siendo responsable de tus cardenales, debo ser el único que te brinde cuidados.
 Siendo quien resuma tus cortes; sería, acaso, quien presuma tus grietas.
 Todo mal que te desee, lo hago por mi mano. Todo mal que te resulte, lo curo con mi boca.