domingo, 21 de abril de 2013

Un café a la vez.

 Te siento distante, porque distante te conservo, para protegerme de las ansias de consumirte como tan arraigado llevo en la costumbre de querer. Te alejo a cada paso con cobardía inusitada. Porque solo eso nos separa de la ignominiosa resaca veraniega del desamor.
A veces sueño con comerte en bocados, de a poco. Otras, sueño que te devoro en un salvaje festín de ansiedad y euforia.
Pero de nuevo, cada vez, te encuentro más lejana.
Cada vez, te encuentro más distante.
Te siento soñada.
Diría, inalcanzable.