Te siento distante, porque distante te
conservo, para protegerme de las ansias de consumirte como tan
arraigado llevo en la costumbre de querer. Te alejo a cada paso con
cobardía inusitada. Porque solo eso nos separa de la ignominiosa
resaca veraniega del desamor.
A veces sueño con comerte en bocados,
de a poco. Otras, sueño que te devoro en un salvaje festín de
ansiedad y euforia.
Pero de nuevo, cada vez, te encuentro
más lejana.
Cada vez, te encuentro más distante.
Te siento soñada.
Diría, inalcanzable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario